jueves, 5 de diciembre de 2013

ANTE LOS SAQUEOS DEL 3 DE DICIEMBRE

POR CÓRDOBA SE MUEVE: Hoy nos toca vivir una situación de extrema conflictividad social. Despidos, inflación, aumentos tarifarios y devaluación monetaria se expresan, desde la noche de ayer, a través de saqueos en las calles cordobesas. Con la “década ganada” en su fase final, es evidente que la degradación social continúa avanzando.
La Marcha de la Gorra, que movilizó a miles de manifestantes, logró visibilizar el rechazo del sector popular a la represión policial y puso en cuestión la presencia de la policía como método para otorgar seguridad. Sin embargo, dos semanas después, vemos fortalecido el reclamo de “más policía” por sobre el de “basta de represión”.
El acuartelamiento de las fuerzas policiales, disfrazado de un “reclamo salarial”, tenía otro objetivo: generar, en un amplio sector de la opinión pública, la necesidad de la presencia policial en las calles, la aceptación de la ejecución del Código de Faltas y la agudización de la estigmatización de la pobreza. Así se legitima a la institución más corrupta de nuestra sociedad que, por estar al frente de los negocios del narcotráfico y la trata de personas, es la principal responsable de la inseguridad que todxs sufrimos.
Los saqueos surgieron de forma absolutamente espontánea, sin ningún tipo de organización. De no ser así, sólo se hubieran limitado a los grandes centros comerciales que, no está de más decir, no sufren grandes pérdidas en sus ganancias. Esto también da cuenta de lo que aún falta consolidar a nivel de conciencia y politización. Como saldo, tenemos un enfrentamiento entre trabajadores, ocupados y desocupados y no la visibilización de las pésimas condiciones materiales en las que viven muchísimos cordobeses.
Para los poderosos medios de comunicación, la policía volvió a las calles y, de esa manera, se restableció la calma. Sin embargo, sabemos que eso no hubiera sucedido si no se hubiera firmado un acuerdo que aumenta los sueldos de los efectivos al doble de lo que, hasta hoy, venían percibiendo. ¿Acaso no sería mejor destinar todo ese dinero al presupuesto para educación, salud o vivienda? ¿No estaríamos, así, generando reales condiciones para vivir en una sociedad segura? ¿Qué es lo que garantiza la seguridad de un pueblo? ¿Presupuestos exuberantes en policía mientras el Misericordia en toma reclama por la salud? Pululan las escuelas contenedores, se profundiza la precarización laboral y aumentan los despidos. La tierra se concentra en pocas manos y las multinacionales patentan nuestra alimentación. A partir de hoy, el estado provincial va a tener que destinar fondos para que un policía cobre un básico de 8 mil pesos mientras que un docente gana 3 mil.
La clase política, igualmente corrupta e igualmente responsable de lo acontecido, encuentra, gracias al fortalecimiento de esta institución, vía libre para proteger sus intereses y los de los pocos a los que representa. Ya no sólo hay más mano dura para los pibes de gorrita que viven en nuestros barrios, también la hay para quienes desde hace un año y medio luchan para impedir la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas y para los que nunca vamos a dejar de salir a la calle para gritar que queremos vivir en un mundo más justo.
Los gobiernos no nos cuidan, la policía tampoco. Nuestra única herramienta es la organización del pueblo y el control democrático de todas las actividades. No empezamos de cero. En nuestro pueblo hay experiencia de lucha, de resistencia y organización que se ponen en juego una y otra vez a pesar de que intenten callarnos.
Es necesario continuar esta construcción. Generar, sostener y trabajar en diferentes espacios horizontales, amplios y autogestivos, como sindicatos recuperados, centros vecinales, centros de estudiantes, bibliotecas populares y centros culturales es lo único que nos permitirá construir una alternativa de cambio real y posible. Sólo de esta manera podremos empoderarnos para combatir a los gobiernos corruptos y sus aparatos de represión y constituirnos como sujetos activos en la construcción de la sociedad que queremos.

Córdoba se Mueve

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